lunes, 12 de marzo de 2012

El Brunch

Para mucha gente este término aún le resulta desconocido ya que no es de origen español.

Recién levantado después de una larga noche la sensación de hambre aprieta. Es tarde para desayunar y muy temprano para comer. ¿Entonces, que hacemos? La solución es optar por el brunch, la última moda gastronómica que mezcla dos comidas en una sola.

Si se explica que éste hace referencia a unificar el desayuno y la comida en una única toma se comprende fácilmente. Concretamente, es una costumbre de origen anglosajón muy práctica para adaptarse mejor a los horarios flexibles del fin de semana o de las vacaciones.

Se trata de una elaboración informal y permite que los comensales estén sentados o de pie si lo desean. Además, mezclar dos comidas en una supone un ahorro económico, de tiempo y de trabajo, ya que los platos que lo componen son muy sencillos de elaborar.

Por la hora en la que se sirve, entre las 11 y las 15 horas, la equivalencia en castellano podría ser “tentempié” a media mañana. La composición de productos ofrecidos es muy similar a la de un desayuno, aunque, dado lo avanzado de la mañana, se puede optar por incluir algún tipo de alimento más consistente.

Normalmente los brunch consisten una mezcla de alimentos tanto dulces como salados.

Los alimentos servidos suelen ser los mismos que en un desayuno habitual, como puede ser los zumos, frutas, café, lácteos, batidos, quesos, embutidos, huevos, salchichas, bacon, jamón, bollos y panes. Sin embargo, suelen incluir además otros alimentos más propios de un almuerzo como ensaladas, ahumados, cremas, verduras, mariscos, pescados, carnes, pasteles, tartas, etc.

¿Pero sabeís como es el brunch por excelencia?

Según los neoyorquinos, son los huevos a la Benedictine (huevos escalfados, sobre tosta de pan con base de bacon frito y cubiertos de salsa holandesa), acompañado de salchichas, y para beber, un Bloody Mary (zumo de tomate con vodka, tabasco, apio, limón, sal y pimienta).

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