El desarrollo
de la Calidad implica la superación de diversos controles y el cumplimiento de
varias condiciones, una de ellas es la puesta en funcionamiento de buenas
prácticas medioambientales.
El principal objetivo de este condicionante es promover la mejora continua
de la actividad en relación con el medio ambiente, mediante la exposición de
unas recomendaciones prácticas cuya aplicación mejorará la eficiencia
ambiental.
Son buenas
prácticas medioambientales: asegurar que la cantidad de agua empleada en la limpieza sea la adecuada, instalar de
grifos mono mando con temporizador, fomentar medidas de recogida segregada de
residuos para su reciclado, controlar la temperatura del termostato de forma
que en invierno no sea demasiado alta y en verano sea excesivamente baja, o
gestionar la recogida de aceite usado por empresas especializadas.
También forma
parte de las mejoras medioambientales adquirir productos con poco envoltorio,
promover la utilización de papel reciclado, controlar la emisión de ruidos,
comunicar a los clientes las mejoras medioambientales de los servicios que
ofrece el establecimiento o formar a los
empleados en la puesta en práctica de las mejoras medioambientales en la
empresa, entre otras.
La puesta en
práctica de todos estos criterios ayudará a respetar el medioambiente y al
mismo tiempo contribuirá a una mejora de la imagen de la empresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario